LOS PERROS PERCIBEN NUESTRO ESTRÉS Y LES AFECTA

Los perros no necesitan de las complejas capacidades cognitivas de humanos y otros primates para obtener información sobre los estados emocionales de sus compañeros puesto que la pueden conseguir gracias a su prodigioso olfato.

Cuando regresas a casa, tu perro puede detectar perfectamente si vienes de visitar a un amigo, si estuviste con él en un restaurante y qué fue lo que comiste, si has hecho tus necesidades y un montón de información más, además de tu estado emocional: si estás triste, preocupado, estresado, enfadado o feliz. Por eso los perros (los lobos, en definitiva) no tuvieron que desarrollar capacidades cognitivas complejas para, a través de la comunicación, poder sonsacar la información de sus compañeros. Ya cuentan con esa información con un solo movimiento de nariz.

Un equipo de científicos liderados por Z.Parr-Cortés, de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Bristol, Reino Unido, ha realizado un estudio mediante un experimento (tarea “de sesgo cognitivo” de Mendl) para probar cómo los olores humanos pueden afectar a la probabilidad de que los perros se acerquen a comida colocada en diferentes lugares asociados a reforzadores positivos o no asociados a nada. Recogieron muestras de olores de personas extrañas en actividades relajantes y estresantes y probaron a los perros en diferentes situaciones odoríferas. 

Cuando en la tercera sesión exponían a los perros al olor del humano estresado, estos no se acercaban tanto a la comida colocada en el lugar asociado a lo negativo, supuestamente evitando riesgos. Mostraban un comportamiento más cauteloso o, como dicen ellos, “pesimista”, en cuanto a que anticipaban un posible aversivo al detectar el malestar humano. Es normal, puesto que el entorno podría ser menos seguro. 

El olor del estrés humano produce “contagio emocional” en los perros, que perciben las emociones a través del olfato al detectar señales químicas o feromonas. El perro lo detecta de forma innata, no necesita ser consciente de ello, pero procesa información de múltiples señales además de las olfativas (tengamos en cuenta el lenguaje corporal, el tono de voz, etc).

El olor del estrés humano induce al perro a la ansiedad pero también, en ciertos casos, a comportamientos defensivos innatos. Cuando el olor humano informa de una situación de amenaza, los perros aumentan su frecuencia cardíaca y sus comportamientos relacionados con el estrés. Cuando se exponen a olores de humanos con emociones positivas, se contagian de la emoción positiva y se muestran más extrovertidos y sociales. 

Por eso, en el veterinario, y sin haber tenido experiencias negativas previas, pueden mostrarse cautos, precavidos o temerosos y, cuando detectan el olor de una persona que tiene miedo, pueden denotar inseguridad o agresión hacia ella, para anticiparse a una posible amenaza.

Tanto adultos como cachorros responden al olor del miedo humano aumentando ciertas respuestas conductuales, pero sólo los perros adultos responden, en los experimentos, al olor derivado de estados positivos o de felicidad humanos, lo que sugiere que los olores asociados a emociones negativas, como el miedo, producen respuestas innatas y de alguna forma están compartidos por ambas especies, mientras que los olores asociados a emociones positivas se aprenden.

Teniendo en cuenta que el olor de los humanos estresados ​​afecta el estado emocional de un perro, la percepción de las recompensas o la capacidad de aprender, es necesario considerar el entrenamiento de los perros y los entornos de trabajo desde una perspectiva olfativa. La respuesta de un perro ante una situación de estrés o miedo real de los humanos, se puede ver afectada.

Por otra parte, ejercicios de enriquecimiento olfativo (juegos de detección) mejoran sustancialmente el estado emocional de los perros y yo los implemento con éxito en muchos casos de perros afectados por diversas manifestaciones de estrés, miedo o agresión. 

David Nieto Maceín

Para más información, consúltame.

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David Nieto Macein

Profesor de etología

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